La tatuadora que transforma las heridas de víctimas de violencia machista en obras de arte
Además de la terrible marca psicológica que deja un abuso, las mujeres que son víctimas de la violencia machista tienen que convivir con secuelas físicas el resto de su vida. Cicatrices, lesiones y heridas que marcan sus cuerpos y que les hace recordar lo sucedido. Pero esas huellas del horror también pueden convertirse en algo bello. En una señal que atestigua el trauma sufrido, pero también la fortaleza que fue necesaria para superarlo.
Esa parece la filosofía de Flavia Carvalho, una tatuadora que regala su arte a las mujeres que han sido maltratadas, para convertir las secuelas en pequeñas obras de arte. En su estudio de la ciudad de Curitiba (Brasil) recibe a víctimas a las que tatúa completamente gratis. “Empecé hace relativamente poco, y no tenía ni idea de que iba a recibir tanta atención”, explica Carvalho a la edición norteamericana de The Huffington Post. “Todo empezó de manera espontánea. No cobro absolutamente nada a ninguna mujer maltratada. El único esfuerzo que tiene que hacer ellas es elegir el diseño que quieren en su piel”.
Durante el tiempo que lleva recibiendo a sus clientes, Flavia Carvalho ha escuchado historias de lo más terrible. Una de ellas, con una gran cicatriz en el estómago, le contó que un hombre la apuñaló después de haberle rechazado en una discoteca. Otra, que su ex pareja le habría quemado el brazo. Y otra, que su marido se había despedido de ella con un balazo en el muslo.
La historia que más impactó a Flavia fue la de una joven que empezó a salir con un hombre mucho mayor que ella y que desde los primeros días la despreciaba y humillaba. Cuando la mujer reunió fuerzas para dejarle, él se vengó apuñalándola y violándola.
Flavia no solo trabaja gratis para las mujeres que han sido víctimas de violencia de género. Tampoco cobra a aquellas que se han sometido a una mastectomía y han perdido un pecho por culpa de un cáncer de mama. Sobre su piel crea obras de arte que las mujeres pueden enseñar con orgullo. Como la insignia que llevaría una heroína.