Mi Camino lo decido Yo
PEREGRINAS DEL EMPODERAMIENTO
PAMPLONA – Para mujeres supervivientes de la violencia machista afrontar el Camino de Santiago es un reto que va más allá del desafío físico. Significa una meta, una ilusión, un caminar sólo entre mujeres, sin muletas, sin poder abandonarse, sin obedecer órdenes… La lucha del día a día exige un entrenamiento diario y no resulta un trayecto tan fácil. Lo que una lleva adentro aflora en algún momento de la caminata en el que la persona va recuperando el sentimiento de libertad. “El objetivo es que estas mujeres se den cuenta de las herramientas que tienen para volver a utilizarlas y descubrir otras nuevas”, asegura Norma Gozálvez, de la asociación Alanna (Valencia) que apuesta por terapias alternativas para situaciones de maltrato. El proyecto, del que se quiere aprender en nuestra comunidad, ha contado con el apoyo del Colegio Oficial de Educadores y Educadoras Sociales de Navarra.
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